Cuandopor obra de Anteo logramos bajar. al fondo, luego de éste regresar. a su borde, yo estaba con pavor. frente al muro. Entonces me llegó. su voz, ya desde lo alto: —Procura. al andar, no hollar las cabezas de. los condenados. Al volverme, hallé.
Delantede mí Alí llorando marcha, 32 [L302] rota la cara del cuello al copete. 33. Todos los otros que tú ves aquí, sembradores de escándalo y de cisma. vivos fueron, y así son desgarrados. 36. Hay detrás un demonio que nos abre, tan crudamente, al tajo de la espada, cada cual de esta fila sometiendo, 39.
HEHTZ. 102 180 315 120 109 277 127 15 391